Polvo del Sahara

Polvo del Sahara




Importante que las personas estén al día de cómo vienen esas nubes de polvo. El problema que ha habido con el calentamiento global es que se están formando tormentas de polvo más frecuentes y los vientos alisios, que antes limpiaban la atmósfera rápidamente se han debilitado y esas nubes se mantienen por más tiempo", sostiene el alergista, tras destacar que gran parte de la población alérgica es muy sensitiva a ese "bombardeo" constante de irritantes.

RIESGO AMBIENTAL

A ese panorama también se suma la reproducción de esporas de hongos y ácaros que se desarrollan cuando la humedad del ambiente aumenta. Algo que, debido a que casi no ha llovido en los últimos día, no se ha visto un aumento, afirma el doctor Benjamín Bolaños, catedrático asociado del Departamento de Microbiología del Recinto de Ciencias Médicas y director de la estación de Aerobiología, la única fuera de los Estados Unidos, donde se evalúa diariamente la calidad del aire.
"La precipitación (lluvia) es muy importante para la liberación de esporas de hongo. Pero al tener mucho polvo, se disminuye la humedad y la reproducción de hongos", indica Bolaños, mientras resalta que todavía no ha podido documentar que el polvo del Sahara traiga hongos.

"El polvo que nos llega de África es un particulado muy pequeño que se deposita en los pulmones y mucosas del tracto respiratorio causando irritación e inflamación", agrega Bolaños, aunque resalta que al ser tan abundante puede afectar a pacientes muy sensitivos, como a las personas mayores con enfisema o enfermedades crónicas del pulmón.

Por ejemplo, el catedrático comenta que el verano del año pasado fue una excepción porque llovió mucho y eso provocó un aumento en la liberación de esporas de hongos. A eso se suma que, de septiembre a noviembre -los meses de más lluvia-, los niveles de esporas de hongos están en alerta naranja o roja porque están altos o muy altos, explica Bolaños, quien resalta que se tuvo que cambiar la escala para hacerla más apropiada al Trópico.

"Eso significó subir la escala de alerta roja de 50,000 esporas de hongos -que es la que se utiliza en Estados Unidos- a 140,000 que es lo que se ve en Puerto Rico en la temporada de lluvias", afirma Bolaños. Y eso, a su juicio, es una de las principales causas de que en esa época (de septiembre a noviembre) los casos de asma en la población pediátrica, de rinitis y conjuntivitis aumenten.
No obstante, el investigador acepta que muchos médicos le han comentado que en estos días han visto un aumento en los casos de problemas respiratorios debido al polvo del Sahara.

EXPOSICIÓN CONSTANTE

Los hongos son microorganismos diferentes a las plantas y a los animales y hay más de 20,000 especies. Están en todo el globo terráqueo porque se adaptan con facilidad a los diversos climas con excepción al círculo ártico polar. Pero se multiplican mejor en los climas calientes y húmedos como el de Puerto Rico.

Según Bolaños, los hongos que se esparcen en el aire se originan en el Yunque y no hay maneras de prevenir la exposición. Por lo que recomienda que el paciente se mantenga informado de cómo está el ambiente y que tenga un tratamiento profiláctico preventivo, con medicamentos, para que pueda mantenerse bien durante las temporadas que más lo afectan.

"Hay que aprender a vivir con ellos porque la realidad es que no hay diferencia si la persona está dentro o fuera de su casa. Además, cuando más se liberan los hongos es de en la madrugada", agrega Bolaños, quien recomienda que las personas más propensas a sufrir de condiciones respiratorias monitoreen los contaminantes en el aire diariamente.

El doctor Zaragoza también destaca que hay evidencias de que la mayoría de los hongos a los que los pacientes reaccionan son de ambientes internos, que están dentro de los edificios, de las casas y las escuelas. A lo que se suman los hongos del exterior que también son un factor que exacerba las alergias.

"Esto es importante porque hay que tomar medidas y conocer los conteos de hongo en el ambiente y, también, para minimizar la exposición tanto a los alergenos externos como internos", recomienda el inmunólogo, mientras resalta que la importancia de que los pacientes más susceptibles conozcan que tienen una exposición a alergenos constante durante casi todo el año.

"Hoy día la exposición es perenne porque la humedad por lluvias aumenta los niveles de hongo; tenemos temporadas en que hay polen de árbol y luego, con el polvo del Sahara y las cenizas volcánicas. Tenemos un bombardeo constante de irritantes y alergenos que van a exacerbar la enfermedad", advierte Zaragoza, tras resaltar la importancia de identificar los factores que precipitan una reacción alérgica. Especialmente, para tomar las medidas correctivas necesarias.

Bolaños también destaca que los pacientes deben ser conscientes de que tenemos estas temporadas y prevenir con sus medicamentos para evitar descontrolarse y terminar en el hospital. También es importante, agrega, que estén informados sobre cómo está el ambiente.

"Nosotros todos los días hacemos un reporte que se publica en el portal del Recinto de Ciencias Médicas -www.rcm.upr.edu", informa Bolaños, tras destacar que un paciente informado se adueña de su afección.

PREVENCIÓN Y CONTROL

La prevención es primordial cuando se padece de alergias, señala Zaragoza. También es importante el uso de medicamentos profilácticos para controlar los síntomas de manera de que el niño al adulto no entre en una etapa aguda. No obstante, para poder prevenir adecuadamente, también es importante identificar los factores que precipitan o agravan la alergia.

La buena noticia, agrega el alergista, es que los pacientes ahora tienen a su alcance nuevos tratamientos que pueden ayudarlos a combatir sus dolencia. Entre ellos, menciona los compuestos combinados, de esteroides intranasales con antihistamínico que, según dice "se ha encontrado que son muy efectivos".

También tienen la opción de la inmunoterpaia o vacunas de alergia, que se usa antes de la temporada, si se identifica adecuadamente cuáles son los alérgenos que provocan la alergia, agrega Zaragoza.
"Una dieta balanceada, que incluya antioxidantes y vitaminas del complejo B y vitamina C también es muy importante", recomienda Zaragoza. También resalta que hay evidencia del efecto antiinflamatorio de la vitamina D3.

ALIMENTACIÓN QUE AYUDA

Consumir una dieta balanceada que incluya alimentos altos en vitamina C, B, E y A, así como antiinflamatorios también te puede ayudar a combatir tus alergias.
  • Pescados; son altos en Omega 3 lo que ayuda a combatir la inflamación.
  • Ajo y cebolla; son ricos en quercitin, un flavonoide que tiene la capacidad de mantener sanos los niveles de la histamina. También, estimulan el sistema inmunológico y tienen un alto contenido de antioxidantes.
  • Alfalfa, zanahoria y apio; son alimentos ricos en vitamina C.
  • Papaya; Además de sus propiedades antiinflamatorias, también provee antioxidantes.
  • Frutas cítricas, como la naranja (china), fresas y manzanas; contienen vitamina C y son antiinflamatorios.
  • Zanahoria, calabaza, espinacas, coles, tomate y espárragos; son altas en su contenido de vitamina A y B.
  • Verduras y hortalizas; son altas en vitamina E.
LO QUE DEBES HACER
  • No fumes dentro de su casa o auto.
  • Cubre los colchones y las almohadas con cobertores con cierres a prueba de polvo ("impermeable a los alérgenos").
  • Lava la ropa de cama (sábanas, frazadas y cobertores) una vez por semana con agua caliente.
  • No coloques animales de peluche sobre las camas.
  • Retira frecuentemente el polvo con un paño húmedo.
  • Aspira las alfombras y los muebles tapizados para reducir la acumulación de polvo.
  • Repara las tuberías u otras fuentes de agua que tengan pérdidas.
  • Utiliza extractores de aire o abre las ventanas en la cocina cuando estés cocinando o usando el lavaplatos y en el baño cuando te estés duchando.
  • Guarda los alimentos en recipientes herméticos.
  • Limpia inmediatamente las migas de comida o líquidos derramados.
  • Lava la vajilla tan pronto como termines de usarla.
  • Evita la acumulación de objetos.
  • Mantén las mascotas fuera del cuarto y de áreas en donde duermes. Aléjelas de los muebles, alfombras y juguetes de peluche.
Fuente: Recopilado por El Nuevo Día
Artículo publicado en El Nuevo Día, Sección "Mi Bienestar"; 17 Julio 2012.